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En exclusiva con CE Multimedios, se ha compartido un informe final desde la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), en el que se profundizaron todos los aspectos del Cannabis Medicinal en Misiones. De qué se trata, cómo y quiénes los producen en Misiones, cuál es el testimonio tanto de profesionales como de usuarios.

Es importante mencionar, que este martes 6 de diciembre la Biofábrica junto a MisioPharma, entregaron al ministerio de Salud Pública, los primeros 60 frascos de aceite de cannabis, que estarán disponibles en los centros de salud de toda la provincia. Además, la producción continúa y en pocos días distribuirán más de 700 frascos.

Si bien el consumo de Cannabis Medicinal es muy recomendable para ciertas patologías, profesionales aseguran que es muy efectivo para acompañar el tratamiento de muchas otras, ya que su efectividad mejora la calidad de vida de todas las personas sin importar su edad. No cura enfermedades, pero calma  dolores,  malestares, para sobrellevarlas de la mejor manera. Lo importante es que el producto esté avalado por entidades oficiales y se lo adquiera en centros oficiales de salud.

En un informe a profundidad realizado por los alumnos Ramos Chameli José Sebastián y,  Cafferata Carla Andrea (estudiantes de 4to año en Comunicación Social), se explicaron varias cuestiones sobre la iniciativa médica en la provincia de Misiones.

¿Quiénes se involucran en la producción y de qué manera lo hacen?

La puesta en marcha de la producción mediante la exhausta investigación, es a través del convenio entre la Biofábrica y el Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA), a fines de elaborar una medicina apta en tratamientos contra el parkinson, alzheimer, insomnio, epilepsia, dolores crónicos y oncológicos, como así también acompañar otros tratamientos y mejorar la calidad de vida.

Es así, que el gobierno de Misiones impulsó la empresa estatal “Misio-Pharma”, la cual ya da sus primeros pasos en cuanto a brotes de la especie con lugar de trabajo en el Parque Industrial. En este sentido, la base productiva de materia prima proviene de la Biofábrica, la cual entienden que es especialista en bioinsumos y podrá aprovisionar el componente principal con un estándar de calidad asegurable.

Cabe destacar, que a mediados del 2022 la Biofábrica ya inició la siembra y germinación de las primeras diez variedades para el posterior cultivo y obtención de flores. Las semillas con las cuales trabajaron para los primeros ensayos son importadas desde Estados Unidos, aunque también se concretó la compra de las primeras 10 variedades de semillas y esperan la llegada de otras desde Israel, Canadá y España.

El fin es conocer cuáles son las que mejor se adaptan a las condiciones del suelo y clima, como así también la calidad del producto final buscado. De este modo, estiman que aproximadamente entre diciembre y enero estarán los resultados tras el monitoreo de 2.600 plantas, en su producción de flores, como material básico, para luego iniciar la extracción del aceite medicinal.

El objetivo propuesto, es cosechar 200 kilos de dichas plantaciones que ocupan alrededor de 10 hectáreas del predio ubicado en Miguel Lanús. Las mismas se realizan tanto de forma “indoor” en el área de vivero, con un tratamiento cerrado y más complejo, como así también de manera “outdoor” al aire libre, con sol,  agua y ventilación natural.

De esta forma Misiones se suma a La Rioja, Jujuy, San Juan y Santa Fe, como provincias del país que investigan y que tienen sus propios cultivos cannábicos con la misma finalidad de utilizar las flores cosechadas para fabricar aceites medicinales con los máximos estándares de calidad.

¿Cúales son las ventajas del tratamiento? 

En diálogo con Marcos Chigal, abogado e integrante de RESET, Política de Drogas y Derechos Humanos, se profundizó en ciertos aspectos importantes a tener en cuenta tanto para la cultivación, efectividad en patologías, percepción social y personal conforme al tratamiento.

En el marco de la relación entre las personas y el cannabis, Chigal opinó que hay una mayor aceptación social en torno a las aplicaciones medicinales del cannabis. “Hay un gran consenso en que esta planta actúa positivamente en ciertos problemas saludables, esto es milenario, sin embargo ciertos usos no tenían ningún tipo de control y la prohibición de la misma silenció un poco los usos medicinales, aunque sin fundamentos científicos”, a su vez dijo que “hoy la aceptación social es mucho mayor y existe un gran consenso en que la planta tiene propiedades adecuadas, lo que deja fuera de discusión su aplicación en ese aspecto”.

Si bien no es un profesional en la medicina, acompañó diversas situaciones de familias con integrantes que realizaron el tratamiento a base del cannabis medicinal, “y la verdad que les cambió totalmente la vida, porque trabaja sobre algunas patologías a la que la medicina tradicional no da muchas respuestas. No hace milagros ni cura enfermedades, pero sí permite sobrellevar de mejor manera algunos problemas saludables y aportar a la calidad de vida”.

En este marco aclaró que hay una sola manera de acceder al tratamiento y es mediante la ley 27.350, que establece un programa al cual se van incorporando patologías, permitiendo a las personas -que atraviesan algunas de ellas- comenzar un tratamiento con el producto.

Sumado a esto, “el producto lo puede elaborar solo el estado a partir de cultivos avalados por el INTA, con estudios del CONICET y elaboraciones nucleadas por la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, lo que aprueba además la obtención gratuita de la medicina a quienes lo requieran”, detalló.

No obstante, Chigal acentuó que “a partir de una reglamentación que se dio en 2020, también se contempló y extendió la posibilidad de acceder a productos derivados del cannabis a través del autocultivo, pero únicamente con indicación médica, algo que antes se perseguía penalmente y hoy está autorizado tener hasta 9 plantas, transportar el aceite en caso particular e importar sin límites de patologías”.

 

-Diferencias entre el INDOOR y OUTDOOR

En cuanto al tiempo que tarda desde la plantación y todo el proceso hasta transformarse en un elemento medicinal, explicó que “varía de acuerdo al tipo de cannabis y cultivo que se lleve a cabo, no es lo mismo hacerlo de manera indoor o interior, donde una persona tiene el control sobre los factores climáticos regulando las cantidades de luz, agua, ventilación, acelerando a veces el desarrollo, que de manera outdoor o al exterior donde dichas condiciones climáticas no se pueden manejar y depende mucho de la zona donde se plante. Sin embargo, ambos casos suelen tener resultados muy positivos”.

A pesar de ello, desde su opinión compartió que la producción “indoor” puede ser mejor en el sentido de que “al ser todo controlado por el profesional a cargo, el procedimiento puede ser mucho más rápido en comparación a si está afuera, donde ya el clima a veces puede jugar a favor o en contra”. Lo que destacó del “outdoor”, es que “está en espacios amplios donde no hay problemas en cuanto al crecimiento de tamaño de la planta, lo que en el indoor se tiene en cuenta por los espacios reducidos en los que se cultiva”.

-Tipos de canabbis

Siguiendo por los tipos de cannabis, el abogado e integrante del RESET, mencionó que por un lado está la sativa, después la índica y por último la ruderalis. La diferencia es que tanto la sativa como la índica, tienen más propiedades medicinales que la ruderalis, pero en el avance científico se desarrollaron distintas especies dentro de esos grupos en forma de cepas. Lo importante es que en Misiones se adaptan cualquiera de las 3, pero con las que más se trabaja son con las 2 primeras”.

En relación a su labor, remarcó que desde la organización RESET y el acompañamiento a “Misiones Cultiva” (grupo de personas que cultivan para tratamiento de sus familiares), buscan el acceso democrático del cannabis medicinal, es decir, “que la persona pueda tener diferentes opciones para acceder al producto de forma igualitaria”.

Sin embargo, recomendó prestar atención en aquellos resultados sin control estatal. Hay veces en que la gente se ve estafada porque compra medicamentos que dicen tener sustancias cannábicas y en realidad no la tienen, lo que además genera repercusiones falsas sobre los tratamientos”.

Es por eso que respaldó la iniciativa del gobierno provincial, pero cuestionó cómo lo hizo, ya que “solamente con la biofábrica se puede producir sin la necesidad de una empresa estatal, la cual acá se la creó con fines comerciales, de la noche a la mañana sin debates previos, con plata que no sabemos de dónde salió y sin darnos la posibilidad de acceder a dicha información. De todas formas, más allá de estas cosas, es bueno avanzar en materia de salud”, finalizó.

“Tomamos el aceite de cannabis por mucho tiempo y nunca notamos cambios”: La importancia de dónde adquirimos la medicina en estos testimonios

Eladio Godoy (82) y Reina Espinoza (67), un matrimonio adulto mayor y además usuarios del cannabis medicinal, que confesaron su propia experiencia con el consumo. Él con la enfermedad de parkinson y artrosis degenerativa, y ella con diabetes.

De acuerdo a lo que contaron, fueron recomendados a un profesional que trabajó con el aceite de cannabis en otros pacientes en los que tuvo buen efecto. “Nos contactamos con la persona que vende y empezamos a tomar a lo largo de casi un año, es decir, 3 frasquitos de goteras. Una gota debajo de la lengua a la mañana y otra a la tarde, así todos los días”, comentó Espinoza.

Alrededor de 6 meses posteriores comenzamos a notar que no hubo mejoras, sin embargo seguimos tomando hasta completar el tercer frasquito pero sin encontrar ningún tipo de solución”, señalaron.

A pesar de que no sabían la procedencia del remedio en relación al laboratorio donde fue analizado, aseguraron que de los 3 aceites “uno nos trajeron de Paraguay, otro compramos en la placita de Posadas, y el último vino de la ciudad de Puerto Rico, también como ninguno funcionó nos sugirieron averiguar en Dos de Mayo”.

En este sentido, Eladio reveló: “nunca dejé de sentir dolor en los huesos, las articulaciones, los músculos, nos dijeron que con las gotitas íbamos a mejorar de a poco y llevar una mejor calidad de vida”.

Asimismo manifestaron la comprensión previa de que “no nos iba a curar los dolores pero era un remedio alternativo que nos ayudaría ya que era muy bueno según nos dijeron, entonces decidimos consumir y gastar por un remedio que hace más de 1 año nos salió $1.200”, finalizó Reina.

 

-Cultivar la medicina: «Los cambios los vi desde que empecé»

Una forma de producción interna es la que trabaja Helga, quien cultiva cannabis para medicar a Sofía, su hija que padece epilepsia refractaria. A través de redes de cultivadores, logró ayudarla a mejorar su calidad de vida. Conocemos su historia.

Desde hace ya varios años se escuchan historias de familias a las que les toca atravesar por una enfermedad de la que se sabe poco y nada. En ese contexto, habiendo probado varias medicinas prescritas por médicos, son muchos los que optan por recurrir a una medicina alternativa, entre ellas, el cannabis medicinal.

Helga Knol y su hija, Sofia Vogel (13), conocen la historia en primera persona, tanto con la medicina convencional, como con la alternativa del cannabis medicinal. La palabra de una mamá cultivadora, que atravesó con su experiencia, el dicho y el hecho. “Comencé con el cannabis medicinal a raíz del descubrimiento de que mi hija Sofía, que en ese entonces tenía 5 años, padecía de epilepsia refractaria y disfasia en comprensión y habla” comenzó relatando.

“Mi idea fue investigar otro tipo de medicamento, algo que sea natural, ya que el anticonvulsivo que tomaba, era muy dañino para sus órganos. Fue así que descubrí al cannabis como una alternativa”, contó.

Consultada sobre cómo fue ese proceso, la madre recuerda que la patología diagnosticada a su hija la llevó a investigar sobre el cultivo y cómo realizar la medicina para ella. “Investigando, me contacté con diferentes ONG que ya estaban trabajando con cannabis para medicina, de esa manera fui aprendiendo de la mano de cultivadores solidarios todo lo que necesitaba para poder llevarlo a cabo. La historia con mi hija me llevó a indagar y aprender”, resaltó.

                                  (Sofía Vogel)

Sobre esa experiencia de producir la materia prima, y luego el aceite medicinal, Knol comentó que “el tiempo de cultivo de la planta, dependiendo la genética, puede variar de tres a siete meses” y añade que “a partir del cultivo, se pasa a los treinta días de secado y curado, y es entonces que ya tenemos la materia prima lista para realizar nuestro aceite, que no nos toma más de cinco horas para prepararlo”.

Todo este proceso que la madre de Sofía cuenta detalladamente, tiene sus frutos a la hora de analizar los cambios que vé en el día a día de su hija, a partir de la medicación que le prepara. Los cambios los vi desde que empecé, y todo fue avanzando. Los descubrimientos de la mano de otras  madres, y profesionales que se jugaron en investigar más allá de la prohibición” ,señaló Helga.

“Hoy en día, a raíz de la legalización, la única diferencia es que se encuentra mayor información sobre el tema. Pero referido a lo medicinal, los estudios ya estaban hechos hace muchísimos años, solamente que ahora salen a la luz porque es legal”, remarcó.

-¿Cómo acceder legalmente al tratamiento hoy en día?

Teniendo en cuenta el marco legal vigente, hizo referencia que es a través de una receta médica, que se presenta en una farmacia y la obra social provee la cobertura del aceite. Además, remarcó que cuentan con las ONG “que ayudan desde siempre facilitando la medicina para nosotros, como así también el Reprocann (Registro del Programa Cannabis) para quienes elijan cultivar y preparar su propia medicina legalmente”. En este sentido manifestó que en MisioPharma se encargan de producir el aceite, “y vendérselo a quien lo necesite, así como otras droguerías que ya sacaron sus aceites legales medicinales, para poder comprarlo en farmacia”.

Sobre su opinión personal, Knol puntualizó que las Sociedades del Estado, como MisioPharma, son un muy buen negocio para las provincias, pero con respecto a la funcionalidad para los usuarios, es, en parte, muy necesaria la iniciativa, sobre todo para las personas que no pueden o no deseen fabricar su propio aceite”.

-“Pasar del prohibicionismo al uso medicinal es un cambio cultural”

Desde la comunidad científica de la provincia, existe el visto bueno a la medicina complementaria y alternativa del cannabis medicinal.

La Licenciada Patricia Schmid, Especialista en Gestión de Innovación en Proyectos de CyT del INTA, EEA (Estación Experimental Agropecuaria) en Montecarlo, comentó desde su óptica el tratamiento de la medicina alternativa del cannabis, la producción del aceite medicinal en la provincia, y como lo ve la sociedad hoy por hoy.

“Considero que día a día aumenta la información con respecto a las ventajas medicinales del cannabis, desde la investigación científica hasta su prescripción por la comunidad médica, tanto humana como animal” señaló la especialista. Agregó además que “es necesario entender, que el descubrimiento de los principios activos del cannabis es bastante reciente, pero veo un futuro alentador con respecto al pasado en el tratamiento de ciertas enfermedades y patologías en el uso medicinal del cannabis”.

Sobre cómo la sociedad aún hoy ve al cannabis como una alternativa medicinal, Schmitd reflexionó que “pasar del prohibicionismo al uso medicinal es un cambio cultural que considero que es cuestión de tiempo e información. El uso de cannabis es tomado con bastante naturalidad en la mayor parte de la sociedad”.

Respecto de la eficacia de la medicina, la profesional consideró que el cannabis podría ser beneficioso para más de cincuenta afecciones en la salud, sería difícil priorizar alguna”. También añadió que los resultados más sorprendentes que puedo acreditar fueron en epilepsia, Parkinson, insomnio y ansiedad”.

Desde su lugar de especialista en Proyectos de Tecnología e Innovación, Schimith enfatizó que, dependiendo del método de cultivo, las variedades de cannabis se van adaptando al clima de Misiones, pero entiendo que las variedades sativas son más apropiadas para nuestra región”. Con respecto al tiempo estimado del proceso de que la planta se convierta en medicina, mencionó que “depende de la variedad de cannabis y el método de cultivo, pero por lo general, son ciclos que van de los setenta a noventa días”.

Por otro lado, sobre los métodos de cultivación, explicó que “la mejor producción es la que se aproxima más a un cultivo «sustentable», por ese motivo prefiero el cultivo exterior o Outdoor”.

Consultada por la iniciativa provincial de crear MisioPharma, la Sociedad del Estado de Misiones encargada de cultivar y producir la planta de Cannabis y sus derivados, expresó que “es una buena iniciativa, que además podría llegar a solucionar muchos problemas de personas y animales sufrientes”, cerró.

(Informe periodístico de los alumnos: Ramos Chameli José Sabastián – Cafferata Carla Andrea. Presentado en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, de la  Universidad Nacional de Misiones)

 

 

 

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