Sin internas y con un candidato a gobernador impuesto por el PRO y ARI, la UCR decide ir con representantes propios en las próximas elecciones.
Luego de que el PRO desestimara la interna para definir un candidato a gobernador de 2023 e impusiera a uno, el radicalismo optaría ir con candidatos propios; poniendo a Juntos por el Cambio a un paso de la disolución en Río Negro.
La disputa en el bloque lleva meses en la provincia rionegrina, pero es ahora cuando la conducción de la UCR dio el portazo tras el rechazo del PRO y el ARI (junto a algunos radicales por fuera del partido) a poner en debate la candidatura a gobernador de Aníbal Tortoriello.
“La alianza Juntos por el Cambio no está conformada en Río Negro, la UCR no la integra y Aníbal Tortoriello no es nuestro candidato a gobernador”, afirmó el presidente de la Convención radical de Río Negro, Marcelo Cascón.
El fin de semana pasado el radicalismo se reunió en General Roca, donde acordó comenzar a armar la estrategia electoral por fuera de Juntos por el Cambio. La idea es presentar candidatos propios en cada localidad, pero sin descartar un posible acuerdo con otra fuerza para la gobernación.
Es mediante a esa posibilidad, que ahora el PRO y el ARI se escudan de ella para denunciar un supuesto acuerdo del radicalismo para apoyar al ex gobernador Alberto Weretilneck en 2023; si es que decide volver a competir por la gobernación de la provincia.
Debido a esta maniobra -especulación hecha por lo que queda de Juntos por el Cambio- podría materializarse si la Legislatura aprueba el proyecto de reforma electoral impulsado por Juntos Somos Río Negro, la fuerza del ex mandatario.
El proyecto plantea, en líneas generales, la implementación de las “listas de adhesión”, una suerte de colectora que le daría luz verde a un partido para armar listas en las localidades y los circuitos electorales, además de “colgarse” de un candidato a gobernador. En el PRO y el ARI creen que el radicalismo armará listas municipales y legislativas y se unirá a Weretilneck.