La obtención de la Copa del Mundo de Fútbol, por parte de la Selección argentina, es hasta aquí, la máxima explosión de pasión popular de la historia del país, todo el folklore se vivió intensamente en cada rincón de la República, pero por supuesto, el epicentro ha sido la ciudad de Buenos Aires y su entorno.
Por Ricardo Ramos
No es un tema simple para ninguna seguridad en el Mundo, resguardar a 5 millones de personas movilizándose y concentrándose en un punto neurálgico como el Obelisco porteño
Seguramente quedará para el análisis de los observadores el antes y después de esta fenomenal victoria deportiva, como también lo que ha generado en el pueblo que tiene al fútbol como su pasión más encumbrada.
Se han ido llenando muchos espacios de televisión, radio, crónicas e imágenes en diarios, que siguieron a esta celebración jamás vista y auténticamente histórica de 5 millones de personas presentes en torno a la delegación de jugadores, pero un país acompañando desde todos los rincones del interior nacional, a través de la TV, lo que es incalculable en términos estadísticos.
El pueblo está feliz, concluye un año 2022, con la palabra CAMPEONES en el alma.
Pero, cuidado, 100 inadaptados, no pueden “tapar” ese felicidad, 100 venidos de vaya a saber porqué mando u origen, en millones, no pueden sellar con su repudiable accionar un festejo tan relevante. No se le puede dedicar ni siquiera un minuto de TV, ni un título periodístico, porque una vez más, se habrán salido con la suya.
Habrá gente herida sin dudas, hasta quizás fatalidad, pero con estos personajes que provocan estas consecuencias, deben liar la Policía y la Justicia, están para eso
Prefiero quedarme con los “vulgares” sí, pero respetuosos del otro, con esos que cantamos y nos abrazamos y reímos y lloramos a pura emoción, esos que están felices como yo.
Invito a que no nos dejemos confundir por los que alientan la barbarie, ni los hacedores, ni los que la difunden desde una visión política intencionada y engañosa, que no debe tener cabida en esta historia.
GRACIAS SCALONETA, gracias por habernos regalado una tercera estrella. Gracias por lograr que una generación de hasta 36 años de edad, lo puedan contar por primera vez y con tanto orgullo. FELICITACIONES.
(Fotos: Télam)