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De cara al boom de las ferias de ropa de segunda mano y prendas que quedaron en stock sin venderse, la «moda circular» se volvió no solo una alternativa económica, sino que instaló una conciencia de segundas oportunidades y reutilización. En diálogo exclusivo con CE Multimedios, Michelle Villar, emprendedora del rubro, nos contó su experiencia.

Desde hace ya varios años, las ferias de ropa usada (o de segunda mano como también son llamadas) o de prendas de vestir nuevas que salieron de la venta, están ganando terreno en la escena provincial. Es que, además de impulsar emprendimientos pequeños, se volvió una opción económica y consciente de consumo.

“Cuando yo empecé, ya había varias chicas con sus propios emprendimientos también y, hasta hoy en día, con algunas seguimos en el mismo rubro, cada día con más clientes y más personas que recién nos conocen” señaló Michelle, una joven posadeña que se inicio en 2018 vendiendo su propia ropa.

“Al principio vendía la ropa que nunca usé o que tenía muy poco uso, prácticamente nuevas” indicó y agregó que como fue aumentando el número de interesadas, sobre todo las chicas, empecé a buscar publicaciones de gente que vendían fardos completos de ropa en similares condiciones”.

Con el tiempo, Villar fue creciendo en ventas, y fue por más. “Hice la primera feria en la plaza de mi barrio y me sorprendió la cantidad de personas que vinieron, no solo a comprar, sino a traer su ropa para vender”. Así, surgió un canal de intercambio que a la fecha lo mantiene en su emprendimiento. Hoy en día tenemos un día a la semana que tenemos exclusivamente personas que taren combos de más de 10 prendas entre ropa y zapatos, carteras, accesorios, billeteras, mochilas, todo lo que ya no usen y quieran generar ingreso con eso” remarcó.

Más allá de lo económico

“Darles una segunda oportunidad a las cosas, no solo apunta a ahorrar plata a la hora de comprarnos algo nuevo. Yo lo veo más allá y creo que muchas de las que estamos detrás de emprendimientos de moda circular, vamos por el mismo lado” señaló Michelle sobre el núcleo de esto.

“Yo creo que, salirnos de la cultura del uso y tiro, no tiene solamente que ver con la ropa. Las ventas de garage por ejemplo, históricamente le dieron segundas oportunidades a muchísimos artículos, entonces, por qué no hacerlo con la ropa también” refirió.

“Por supuesto que el ahorro económico siempre va a pesar mucho más que cualquier cosa, sobre todo en los tiempos que corren, pero intentamos dejar un mensaje más fuerte, que nos haga reflexionar en todo lo que hay detrás de la confección de una remera o un jean, y todo lo que sestamos dejando de lado cuando decidimos descartar una prenda de vestir” reflexionó.

No solo es una moda

Hoy en día, la emprendedora posadeña ya cuenta con un espacio exclusivo en su casa, donde recibe a los clientes.Además de poder destinar un espacio solo para las cosas que vendo, es una tranquilidad poder darle la comodidad a la persona que viene de poder probarse la ropa, que tengan un lugar donde sentarse y probarse los calzados. Claramente es otra cosa a cuando empecé en 2018” indicó.

Cabe mencionar que en la actualidad, desde las gestiones gubernamentales, se potencia el crecimiento de los emprendimientos de estas características, como ser encuentros eco sustentables y ferias de moda circular, en espacios públicos. “Aparte de vender en mi casa, o en alguna feria en la casa de las chicas que tienen su emprendimiento como yo, es súper importante  poder participar en espacios más grandes, llegar a más personas” concluyó Michelle.

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