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El dólar exportador comienza a perder competitividad y la salida del cepo se demora. El impacto del atraso cambiario se comienza a sentir en la industria que mira como Brasil devalúa. Pese a la reciente señal del Ejecutivo, el agro se planta.

El objetivo primordial del gobierno por estas horas, es bajar la inflación. El ministro de Economía, Luis Caputo, subordina las decisiones de política económica a esa prioridad. Mientras tanto, el dólar exportador comienza a perder competitividad y la salida del cepo se demora. El impacto del atraso cambiario se comienza a sentir en la industria que mira cómo Brasil devalúa el real. Pese a la reciente señal del Ejecutivo, el agro se planta. Mientras, las reservas del Banco Central siguen en terreno negativo.

Cuando este viernes el INDEC difunda el índice de precios al consumidor, el gobierno se mostrará airoso, dado que el sendero de desinflación continuó en marzo pese a ser un mes de alta estacionalidad. En las últimas horas el Banco Central dio a conocer el Relevamiento de Expectativas del Mercado, cuyo dato se ubicó en el 12,5 % para el pasado mes.

 (iStock)

Esa escalera descendente tiene otros costos. Caputo postergó para abril el aumento de la tarifa del gas, está tensionando al máximo el sistema de transporte del AMBA al no actualizar la estructura de costos, le puso un freno a la recomposición de los salarios reales y mantiene al tipo de cambio semi congelado pese a la alta nominalidad de toda la economía. Todo para contener la inflación.

Este nuevo ordenador de la política económica posterga también la apertura total del cepo, que había sido pronosticada para mayo. Algo que hoy luce prácticamente imposible. En sus últimas apariciones públicas, le preguntaron al presidente Milei por el fin de las restricciones cambiarias. Los rodeos son cada vez más largos y las respuestas cada vez menos concretas. Esto sucede por una sencilla razón: el gobierno no tiene apuro en levantar el cepo. Tanto Caputo como el titular del Banco Central, Santiago Bausili, son sumamente cautelosos con el asunto.

-Luces de alerta en distintos sectores

Mientras tanto el atraso cambiario empieza a encender luces de alarma en los distintos sectores. La industria que ya viene golpeada por la caída del consumo, ahora mira de reojo lo que sucede en Brasil. Es que el Real se devaluó más de un 4% en lo que va del año y amenaza con quitar competitividad a los fabricantes locales tanto en el mercado propio, como en los de exportación.

La historia del agro es más conocida. El sector exportador reclama un mejor precio para movilizar las 100 millones de toneladas que componen la cosecha gruesa. Esa mejora, dicen, podría llegar vía devaluación, quita de retenciones o “condiciones especiales”, según el Gobierno crea conveniente.

Este lunes Caputo envió una señal. Anunció una baja de aranceles para la importación de herbicidas y una “mejora en las aprobaciones de permisos del SeNaSA”. En concreto, es un reconocimiento de que la relación insumo-producto está dando muy mal para los productores; en lugar de quitar retenciones se busca bajar el costo de los insumos. En el sector lo consideran “poco significativo” e “insuficiente”.

(Con información de Á)

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