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El candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, obtuvo 43,55% de los votos que le permitirán acceder al Poder Ejecutivo. El opositor Efraín Alegre quedó en segundo lugar con el 27% de los votos y no logró poner fin a la hegemonía del partido oficialista.

Peña, se convirtió este domingo en mandatario electo con una ventaja indescontable de más de 15 puntos sobre el opositor Efraín Alegre, escrutado oficialmente el 82% de los votos, el ganador consigue un cómodo 43,55% de los votos sobre el 27,61% de su opositor.

Según el Sistema de Transmi­sión de Resultados Elec­torales Preliminares (TREP), el tercer lugar es para el aspirante de Cruzada Nacional, Paraguayo Cubas, que suma un 22,10%, resultado con el que este legislador derechista y antisistema no alcanza el objetivo de terciar en la disputa pero que marca que reunió buena parte del voto opositor.

Asimismo, Euclides Acevedo aparece en cuarto lugar con el 1,8% y la lista del exarquero de Vélez Sarzfield José Luis Félix Chilavert obtiene 0.71%.

La justicia electoral estimó la participación de electores en 62% sobre un total de 4,8 millones de empadronados en una población de 7,5 millones de habitantes.

-Cuando asumirá Santiago Peña

El ganador de esta elección sucederá el 15 de agosto al presidente Mario Abdo Benítez.

El partido Colorado ha gobernado Paraguay casi sin interrupción durante los últimos 70 años. La única excepción en su hegemonía ocurrió durante el gobierno del centroizquierdista Fernando Lugo (2008-12), quien fue destituido por el Congreso en un juicio político un año antes del fin de su mandato.

 Los 1.140 locales electorales, que albergan 12.171 mesas receptoras de votos en modalidad electrónica, abrieron sus puertas en una jornada que se extendió hasta las 17.

Estuvieron habilitados para votar 4.782.940 electores, de una población total en ese país de 7.400.000 habitantes.

Santiago Peña, economista de 44 años, sin trayectoria política partidaria ni manchas en su foja que hayan salido a la luz, fue la apuesta del longevo Partido Colorado para sostenerse otros cinco años al mando de la nación sudamericana en medio de un creciente descontento social por la corrupción y las deficiencias en la salud y la educación.

“Mi responsabilidad como parte de la oferta de política pública es no ser más de lo mismo, sino ser una opción diferente dentro de un partido que ha tenido más de 100 años de historia”, dijo Peña en una entrevista con la agencia AP días antes de las elecciones.

La renovación que aparenta representar Peña tiene como contrapartida la desconfianza que genera su cercanía con el expresidente Horacio Cartes (2013-2018), el todopoderoso magnate paraguayo que enfrenta duras acusaciones en Estados Unidos por corrupción y vínculos con el terrorismo.

 

(Fuentes: La Nación, Ámbito e Infobae)

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