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Para cuidar lo logrado y alcanzar lo soñado, la Renovación buscará fortalecer su gobernabilidad con Senadores y Diputados nacionales propios que defiendan los intereses de los misioneros, reclamando y gestionando por obras, fondos y programas, sea cual sea el próximo presidente. Por otro lado, ante la posibilidad de salir terceros y quedar fuera del balotaje, Juntos por el Cambio enfrenta una crisis sin precedentes que pone en peligro su existencia.

Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista.

Una de las características más relevantes de un gestión, es la gobernabilidad, la cual se refiere a la capacidad de un gobierno para llevar a cabo de manera satisfactoria sus funciones y objetivos dentro de la sociedad, en ella confluye el ejercicio eficaz y eficiente del poder, surgida de la línea de pensamiento del “realismo político” que está basada en pensadores como Hobbes, Maquiavelo y Luhmann.

Esta gobernabilidad depende de la Gobernanza, que es establecida por la capacidad de la sociedad y sus instituciones de asumir responsabilidades compartidas en la implementación de decisiones y apoyar o no a una gestión para que pueda gobernar y lograr sus objetivos eficazmente.

La Renovación a lo largo de su administración emprendió un camino de transformación en la Tierra Colorada, buscando acompañar a los misioneros en todas sus facetas de la vida, implementando a su vez una tercera revolución industrial basada en la economía del conocimiento y la tecnológica.

Para cuidar lo logrado y alcanzar lo soñado, el “Misionerismo” deberá fortalecerse con Senadores y Diputados nacionales propios que defiendan los intereses de la Provincia para reclamar y gestionar obras, fondos y programas, dándole un sostenimiento de la gobernabilidad a la administración provincial, sea cual sea el próximo presidente.

Por ello, el Frente Renovador de la Concordia consolida su esquema ganador de las elecciones de mayo y de las PASO, instaurándose como la opción más elegida por los misioneros en la categoría de Senadores y Diputados nacionales, recibiendo votos de dos vertientes diferentes: los que votan a Milei y los que votan a Massa.  

Mientras tanto, la oposición provincial naufraga en una elección que los encuentra sin líderes ni militancia, dejando a Goerling solo en su campaña, ya que los radicales, que por primera vez en muchos años no tienen candidato, están totalmente desmotivados y distanciados de la actividad política. Sin nada por ganar, se guardan en esta contienda, propiciando una derrota estrepitosa que derivaría en la disolución y desaparición de Juntos por el Cambio, como lo anticipó uno de sus ideadores, Durán Barba.

Sumado a que Patricia Bullrich no tiene apoyo de los jóvenes, según el sondeo del consultor Federico Aurelio, considerándola como la vieja política, cuestión que complica aún más a su candidato a Senador por Misiones, debido a que demográficamente, la Provincia posee el 60% del padrón dentro de un rango etario menor a los 40 años.

-Terceros

El debate presidencial del domingo pasado aumento aún más las posibilidades de un probable Balotaje entre Milei y Massa, dejando tercera cómoda a Bullrich, quien desechó la posibilidad de poder instalar ideas y propuestas, enfocándose en peleas estériles, sin poder explicar con claridad su plan económico. Sobresaliendo el titubeo permanente de la candidata de Juntos por el Cambio, convirtiéndose en una epopeya la concreción de una oración.

 Para los ciudadanos del interior del país hubo un dato sobresaliente, el único que habló de federalismo en el debate fue Sergio Massa. Además, propuso un gobierno de unidad nacional para salir de la grieta eterna, conjuntamente con un pedido de disculpas por los problemas que no pudo solucionar este gobierno, que él pasó a integrar recién el año pasado.

RMM

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