En una entrevista exclusiva con CE Multimedios, la profesora de música y musicoterapeuta, Patricia Stupirski, cuenta sobre los sentidos de la profesión, los beneficios de la práctica y el largo camino por incorporarse a la ley nacional. Enteráte en esta nota de todos los detalles.
Patricia Stupirski es musicoterapeuta de la ciudad de Posadas. Se desempeña en la actividad hace casi 19 años, y nos cuenta sus inicios en la profesión, como así también los particulares aspectos de desempeñarse en una rama poco conocida en la Provincia.
“Cuando estaba por terminar el secundario, paralelamente me quedaba un año en la Escuela de Música. Entonces me quede en Posadas, para tener ese título” señaló Patricia. “Ahí en la EsMu, una de las chicas que estudiaba, también estaba estudiando paralelamente en Buenos Aires musicoterapia. Me pareció interesante, porque mi idea era seguir estudiando algo referido a la psicología, y me pareció una idea muy linda poder seguir usando el recurso de la música, pero desde un lado terapéutico y ligado a la salud” indicó.
“Me pareció la carrera indicada para mí, y esa chica fue la que me guió en todos los trámites para poder ingresar a la carrera, en la Universidad de Buenos Aires”.
Recuerda que su paso por la Universidad fue muy positivo, ya que cumplió en tiempo y forma el programa y logró recibirse en esos términos. “Mi idea siempre fue terminar la carrera y volver a Posadas a ejercer la profesión, y fue lo que hice” remarcó.
-El musicoterapeuta en primera persona
“Fue ella la que me cedió un espacio en una institución para chicos especiales, en el área de discapacidad” relató la profesional, que comenzó a desempeñarse en esa área en el año 2003, donde actualmente continua.
“En ese momento se sabía muy poco sobre todo esto, en Posadas y en todo Misiones. Eran muy pocos los institutos que ofrecían el espacio y que conocían del tema. Al principio, fui tocando puertas en los lugares donde yo sabía que había una atención interdisciplinaria para discapacidad y era prácticamente como rendir un examen, porque había que explicarles a los directores de los institutos en que consistía la musicoterapia, cuáles eran sus beneficios y, así, fui consiguiendo ingresar a otras instituciones”
Destacó que, desde un primer momento, siempre tuvo buena aceptación por parte de las instituciones, de los padres, de los chicos.
“En ese momento, cuando yo empecé, éramos seis profesionales en Posadas, hoy por hoy ya somos catorce en toda la Provincia”, marcó sobre cómo fue creciendo el número de profesionales, y destaca que la comunicación entre ellos fue crucial para el crecimiento de la profesión.
-La musicoterapia, el medio
“El oficio consiste en utilizar la música como un medio, como un recurso para poder lograr determinados objetivos terapéuticos que uno establece en función de cada paciente en particular” señaló Stupirski. “Cuando el paciente llega a nuestro espacio, se realiza una evaluación diagnostica, que puede llevar entre dos o tres sesiones, donde uno realiza una lectura y una interpretación sobre lo que sucede en esas sesiones con respecto al paciente, que tiene que ver no solo con lo musical, que sería lo último, pero se observan cuestiones vinculares, como ese paciente se vincula con el terapeuta, con los instrumentos” indicó y añadió que “se observan cuestiones corporales, de conducta, si hay patrones repetitivos, si el paciente puede adaptarse a las actividades, si las propone. Es una lectura en general, con el medio de la música y sus herramientas: la melodía, la armonía, el ritmo”.
En función de los que pasa en sesión, se elabora un plan de tratamiento, donde se establecen objetivos, «que generalmente van de la mano de objetivos que se puede plantear el resto del equipo intedisciplinario que atiende al paciente, porque generalmente los casos no llegan aislados, sino que tienen un equipo de profesionales con los que ya viene trabajando durante un periodo de tiempo, entonces llega derivado de alguno».
“Se trabaja para llegar al objetivo fijado, a través de la música, porque es nuestro recurso. Por eso es importante mencionar que no es el punto salir cantando perfectamente o tocando un instrumento, sino es un puente para poder cumplir una determinada meta, que tiene que ver con lo terapéutico, con las necesidades del paciente” indicó la terapeuta.
«Hay pacientes que avanzan mucho más rápido, que eso también tiene que ver con los gustos, y esa cuestión transferencial con el terapeuta, eso influye en esos tiempos. Por eso siempre decimos que hay que tener la capacidad profesional de correrse cuando uno ve que el proceso no avanza, por alguna cuestión particular» destacó. No obstante, refirió que «la evaluación es constante, sobre lo que va pasando en cada sesión de cada paciente, no se establecen actividades pautadas, sino que se trabaja en función de la demanda que trae el paciente en cada uno de esos encuentros, siguiendo el objetivo fijado».
La profesional mencionó que el musicoterapeuta puede trabajar desde la gestación hasta la tercera edad, en todas las patologías que requieran, o personas sin patologías, o en el área de discapacidad.
-El anhelo del aval a la profesión
El pasado 12 de mayo, la Cámara de Representantes adhirió a la Ley Nacional 27.153, que regula el ejercicio profesional de la musicoterapia en toda la Provincia.
De acuerdo con la normativa nacional, se considera ejercicio profesional de la musicoterapia, en función de los títulos obtenidos y del ámbito de su incumbencia, a la aplicación, investigación, evaluación y supervisión de técnicas y procedimientos en los que las experiencias con el sonido y la música operen como mediadores, facilitadores y organizadores de procesos saludables para las personas y su comunidad.
“Nuestro mayor anhelo era lograr esto, el aval que nos ampare profesionalmente, porque en muchísimas ocasiones nos cruzamos con personas que dicen que hacen musicoterapia, porque estaba de moda, pero no se trata de profesionales habilitados” destacó la profesional.
Mencionó además que la adhesión a la Ley Nacional «también estipula las Universidades otorgantes de los títulos habilitantes, los títulos que están contemplados, el rol del musicoterapeuta dentro de un equipo interdisciplinario, la función en cuanto a sus alcances y limitaciones, los lugares donde desempeñarse, como también las penalizaciones de usurpación de títulos».
Además de esto, la adhesión a dicha normativa, otorga a los profesionales el acceso al Registro Nacional de Prestadores, inscribirse en la Superintendencia de Salud como profesionales habilitados, acceder a una matrícula, obra social y otros beneficios.
-«Sin un musicoterapeuta no hay musicoterapia»
«Ponerse un auricular y escuchar música, o recetar música, o tocarle la guitarra a alguien no es hacer musicoterapia. Ese es el mito que está instalado a nivel social, pero nuestro trabajo de todos los días es un poco desmitificar eso» cerró la profesional.