El producto desarrollado por la Biofábrica, bajo la marca Mihoba, cuenta con registro en el SeNaSA, lo que va permite una comercialización a nivel nacional. Es sugerido como fertilizante biológico en cultivos hortícolas, tabaco y yerba mate.
El bioinsumo producido por la Biofábrica está cruzando las fronteras de Misiones. Está hecho a base del hongo Trichoderma asperellum, microorganismo que actúa como fertilizante y fungicida biológico, favoreciendo el desarrollo de las plantas.
Mihoba, la marca que se registró para este producto, promueve el desarrollo vegetal, incrementando la longitud, el volumen y el peso de las raíces y los órganos aéreos de las plantas. Vale señalar que el Trichoderma se encuentra de manera natural en diferentes materiales orgánicos y en el suelo.
-Nativo
Las cepas del hongo que se utilizan para producir Mihoba son nativas, es decir de origen misionero, por lo que están adaptadas al clima y suelo de la región, cualidad que les permite ejercer toda su capacidad para estimular el crecimiento y así también proteger a las plantas de enfermedades causadas por otros hongos
Mihoba es compatible con Micorrizas, Azotobacter, explicaron desde el equipo que lo desarrolló, al igual que otros fertilizantes, y con agentes de control biológico y se propaga en el suelo, permitiendo un amplio período de acción.
-Sus usos
Mihoba es recomendado como fertilizante biológico en cultivos hortícolas, tabaco y yerba mate. Sin embargo puede ser aplicado a otros cultivos.
Carina Buttner, responsable de Bioinsumos e integrante del equipo de Gestión de Biofábrica, destacó las cualidades del biofertilizante desarrollado en la entidad. Fue durante las Primeras Jornadas Provinciales de ese tipo de productos.
“Comenzamos con la investigación y el desarrollo del biofertilizante hace aproximadamente 10 años. El producto está listo hace 3 años pero se culminó al obtener el registro por parte del Senasa, permitiendo de esta manera, su comercialización a nivel nacional”, dijo.
-Pruebas
En primera instancia, los ensayos fueron realizados en los propios cultivos de Biofábrica, para luego ser probados en la provincia. “Ahora estamos duplicando esos ensayos en otras provincias con el fin de observar cómo actúa la cepa en otros suelos, ya que la misma es nativa y aislada de la provincia y las condiciones de esta tierra”, explica Buttner, quien adelantó que también se están realizando investigaciones con otros hongos que aún se encuentran en etapa de ensayos, como son el “Beauveria” y el “Metarhizium”, los cuales no estarán destinados a utilizarse como fertilizantes, sino como bioinsecticidas.
“Estamos contentos porque esto forma parte de una oportunidad única para poder impulsar la producción y el uso de estos insumos biológicos, ya que es un paso importante para llegar a una agricultura orgánica y agroecológica, el objetivo primordial de todo este trabajo”, destacó Buttner.