- Con un triplete de Benedetto, el Xeneize se quedó con la Supercopa Argentina tras vencer 3-0 a Patronato. Los de Ibarra lograron la estrella 74 para su escudo y la 52 entre los títulos locales, superando a River
Boca fue el mejor de punta a punta. Porque la jerarquía de sus principales figuras no se midió por el nombre, sino que esta vez fue por lo que hicieron dentro de la cancha. Ibarra los sacudió dejándolos afuera en los últimos partidos del torneo y los mandó en la final para que se coman la cancha. Y le respondieron. Al DT y a gente que venía mirándolos de reojo.
Benedetto sacó a relucir todo su talento y, como si los cinco partidos que estuvo afuera hubiera estado preparándose para su vuelta, estuvo rápido, ágil, lúcido y comprometido. Para ganar por arriba elevándose un metro por encima de los rivales. Para dejar solo a Langoni frente al arquero. Y para moverse como siempre lo hizo en el área para recibir ese centro bajo de Figal y abrir un arco que parecía cerrado, y luego completar la goleada con otros dos goles en el segundo tiempo.
Villa no se quedó atrás demostrando su velocidad a campo abierto (tuvo el gol en una que quedó mano a mano y no pudo superar al arquero, luego de un agarrón por detrás) y Fabra volvió a estar picante por la izquierda, inquieto, desequilibrante, un 3 de otro mundo.
Los que volvieron tuvieron el respaldo de los de siempre, caso Óscar Romero y su talento para manejar la pelota y que nadie se la pueda sacar si no es con infracción. Pase corto, pase largo, posesión. Y lo mismo Figal como líder defensivo indiscutible de este equipo, aplaudido sobre el final cada vez que tenía la pelota en sus pies.
El título no sólo sirvió para sumar la estrella 74 en la historia del club y la 52, también permitió superar las dos finales perdidas ante Racing y revalidar la levantada del equipo en el torneo. Dar confianza, seguridad. Mostrar una idea de juego ofensivo con un esquema 4-2-3-1. Reencontrar a sus figuras y encontrar el equipo. Mientras sigue ganando y dando vueltas olímpicas, tal es su costumbre. Como decía en la camiseta con la que celebraron los jugadores: «#SiempreBoca«.